Comenzamos siendo conocidos, poco más que un par de personas que se conocen y pasan tiempo juntos, nunca nos vimos y hasta el día de hoy solo sueño en cómo será el color de tus ojos, con tu dulce perfume y la suavidad de tu piel...
Con el paso del tiempo coincidimos, nos volvimos amigos fugaces en el momento en el que tú y yo podemos estar al mismo tiempo hablando, las risas, el conocernos mutuamente nos llevó a hacernos amigos. No puedo decir cuánto tiempo fue o en qué momento pasó pero las pláticas se pusieron candentes y personales, sin estar junto a ti tus palabras me reconfortan, tus pensamientos inundan los míos y tu presencia está aquí a mi lado.
Era una plática que se extendió justo a media tarde, donde la oscuridad nos abrazaba aunque estemos en lugares tan distantes y lejanos, las frases de como deseamos estar juntos y lo que nos haríamos subieron de tono de una manera magistral, la descripción de como realizarías aquel sexo oral tan deseado me puso el pene erecto, estaba en el trabajo pero no importaba, estaba contigo, hablando y planeando nuestro encuentro perfecto.
Mi pene en tu boca, moviendo la lengua como una experta, humedeciéndolo y con tu saliva creando un inmenso lubricante, tus senos en mis manos y en mi boca, aquel monumento a la perfección de color blanca como la nieve, erectos y listos para ser succionados los pezones rozados y rozagantes apuntan al cielo.
La excitación aumenta y te acaricio la vagina, aunque eso no es lo que deseas realmente, tu humedad íntima ocasiona que tu ano se dilate, con mi lengua lo recorro y aguardas impaciente, mientras a más excitación los fluidos son un caudal de pasión que las sábanas se humedecen, cambiando el color azul cielo a azul marino. Los gemidos se prolongan y te pones en posición, tus pechos en la cama, entre los codos y las rodillas, aquello es un espectáculo indescriptible es un monumento a la belleza, un instante digno de recordar y dar la vida por él.
Con tus nalgas al aire y tu vagina empapada mi pene rojizo, grueso y humedecido totalmente por el líquido pre seminal y tu saliva se van introduciendo lentamente en tu anito, apretado, jugoso y ardiente, te tomo de las nalgas y te dirijo para que la penetración sea lenta pero placentera, te mueves al ritmo de nuestra respiración y se va perdiendo ese miembro dentro de ti, con el tiempo el ritmo se incrementa y se introduce por completo en tu anito, gimes de dolor pero a la vez de placer.
El estar dentro de ti de esa forma, oírte gemir y sentir como envuelves a mi pene con tu piel y con los fluidos ocasionan una explosión de semen ardiente que te inunda, tocas mis testículos y los aprietas, esa señal excitante de que estas apunto de venirte tú también, sin salirme aprieto y masajeo tus nalgas, las cuales reciben una explosión de fluidos de tu vagina, tus piernas empapadas pierden la fuerza, has visto el cielo con los ojos cerrados.
Ambos juntos terminamos y estamos juntos, aunque de momento solo lo podemos decir vía escrita, la distancia es el peor enemigo a vender, sigo en el trabajo y tengo que descargar esta furia sexual, me dices que vaya y que mi mano sea tu boca, luego la apriete más y que sea tu ano divino; así lo hago en el baño del trabajo y luego regreso a platicar contigo pero tú te has ido a bañar, tus fluidos y tu propia masturbación mientras decíamos todo por el chat nos ha puesto... íntimamente a hacernos el amor.
