Una union de pasion

El momento indicado llego, todo como lo habíamos soñado, la escena era perfecta un atardecer de mi Borinquen, la arena marcaba los pasos hacia el camino de encontrarnos. Te veo sentando a la orilla del mar, con tu guitarra en mano, cantando melodías al ritmo de las olas. No aguante las ganas de sentirte y comencé a correr hacia donde estabas, mi traje blanco se levantaba con la fuerte brisa, mi cabello ondulaba a la par del viento, sentía la boca seca ansiosa por beber de ti, probar tus labios, sentir el sabor de tus besos impregnados con gotas de sal marina, mis manos temblaban, mis ojos dejaron caer gotas de entusiasmo, cada vez estaba mas cerca y de un brinco caí sobre él torpemente, el se incorporo, puso la guitarra a un lado, me sonrió y nos fundimos en un abrazo intenso.

Podía escuchar su agitado corazón, sentir sus latidos chocar en mi pecho, fuimos rodeados por el cantar del mar, soltó un poco nuestros cuerpos y me dijo con su bella voz: nena estaba loco por verte; con su mano acomodo mi cabello a un lado, tomo mi cuello y acerco mi rostro a él para mezclarnos en un beso fogoso, tan ardiente como el trópico, rápido sentí mi corazón estremecerse, y deje de ser yo, para ser parte de el. Era mas delicioso que la fantasía que me hacia tocar mi cuerpo en las noches de soledad, sus mensajes, canciones, poemas, enloquecían todo mi ser, pero su voz, si su voz, me hipnotizaba en todas sus grabaciones.

El beso aumento en calor, nuestras lenguas recorrían ansiosas todos los rincones de nuestra boca, sus manos me sujetaban con fuerza y las mías se perdían entre todo su cuerpo hasta desnudarlo por completo. Junto al beso, sin despegarnos me recosté sobre él, una sábana en la arena era nuestra cama, el nicho donde me haría suya. Abandone su boca, para pasearme por sus cachetes, en un camino de besos que recorrió su cuello, mordió sus hombros, succiono cada centímetro de su pecho y se dirigió lentamente a su abdomen, acaricie con mis dedos el camino de mis besos para que mis manos y mis labios llegasen juntas a su tesoro viril. Tome con firmeza su miembro y comencé a darle tiernos besos, mientras mis manos se movían en posición contraria sobre su miembro, sus pujidos me indicaban que estaba a gusto, así que comencé a chupar su pene sin más mínimo decoro, lo tomaba entero en mi boca, hasta sentirme dulcemente atragantada, dejaba que saliera entre mis labios y mis manos lo sacudían preparándolo para mi golosa boca una vez mas, sus manos atraparon mi cabeza, y controlaron la velocidad de mis movidas, el sabía que si así continuaba, tendría que acabar entre mis labios.


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Me retiro de su miembro y recostó en la sábana, soltó mi traje de mi cuello, mientras me besaba detrás de las orejas, recito en mis oídos: Hoy estoy aquí contigo, bajo el la tenue luz del sol, te haré el amor hasta la noche, entre este mar y la dorada arena. Sus palabras conectaron mis oídos con mi sur se prendió en llamas de cristalinos fluidos que cayeron hasta la sábana. Continuó quitando mi traje, agarro una de las esquinas en su boca y con un poco de ayuda de sus dedos lo deslizo hasta sacarlo de mi cuerpo, donde quiera que posaba sus labios, mi cuerpo gritaba, todo en mi ardía y a la vez temblaba, estaba yo muy emociona de que Andy me hiciera su amada.

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Un Dulce Y Embriagador Sueño

Su pasión atravesaba sus manos, investigó cada parte mi piel, me miraba con deseo, una bella y traviesa mirada se entrelazaba con la mía deseosa. Las olas seguían cantando al ritmo de la pasión, susurraban a las palmeras que en la arena habían dos seres humanos que en su lujuria serían inmortales y su deseo sería memorable.

Sus labios tocaron mis pechos, su lengua jugueteo ansiosa con cada uno de los pezones, sus dedos me entregaron pellizcos en cada centímetro de ellos. Hizo una linea que cruzo mi ombligo, acaricio mi abdomen, mordió mi pubis, y rozo mis labios vaginales, un suspiro desesperado se fugo de mi boca, con sus dedos abrió paso a su lengua que toqueteo sin pudor mi clítoris, lo succionaba con delicadeza, para luego hacerme sentir suavemente sus dientes recorrerlo. Su boca traviesa, paso mas abajo y comenzó a beber de mi, retiro sus labios y dijo mirándome a los ojos, que era el mejor manjar que su boca hubiera probado.

Se devolvió de paseo a mi boca y me dio a probar de mi interior. Me giro boca abajo, y surco mi espalda con besos acompañados de palabras. En mis glúteos, se detuvo, los separo y suspiro entre ellos. Mi instinto me hizo levantar mi culo al aire, y el se acerco con su firme miembro a mi vagina y comenzó rozarlo entre mis pliegues. Movía mi cola ansiosa, buscando que cayera en el agujero de la perdición y el muy tranquilo esquivaba mis movimientos mientras sonreía eroticamente. Solo tres palabras mías lo hicieron titubear: "Hazme tuya Andy", y se adentro en mi interior, mi boca cantaba deseo, gritaba de pasión, sus pujidos eran cada vez mas intensos esta era nuestra melodía de amor.

El me bombeaba con firmeza, y suavidad, yo giraba mis caderas en volteretas desesperadas, la velocidad aumentaba y se calmaba. Sus palabras nunca pararon, me decía letras de pasión, del deseo de ese momento, yo inquieta me movía desenfrenada cada vez con mas rapidez.

El momento del climax se acercaba y yo muy contenta lo esperaba. La noche nos había sorprendido, al lado del mar, su guitarra, las nubes, el cielo, la arena, las olas, el Sol y ahora la Luna, eran los únicos testigos, que observaban con curiosidad la intensa escena, dos almas ardiendo en pena del deseo de amar, dos cuerpos rebosantes de sexo en el mar, la gracia del artista que hacia de mi ser, mil notas de deseo de sexo hasta el amanecer. Un firme movimiento, un grito y un largo suspiro, y rica sensación de llenura, elixir de vida pura, chorreaba en mi interior. El comienzo de una aventura de increíble pensar, dos seres en la arena se acariciaban sin cesar, mirándose firmemente, y arrojando notas de amor al mar.

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