Las fantasías eróticas más comunes de las personas

Los seres humanos compartimos algunas fantasías sexuales en común, aunque a veces pensemos que las nuestras son demasiado extrañas o atrevidas. Los sexólogos estadounidenses Masters y Johnson analizaron durante 10 años por medio de entrevistas el contenido de las fantasías sexuales más frecuentes de mujeres y hombres.

Hallaron que ambos géneros comparten fantasías similares, sin embargo, los hombres se mostraron más dispuestos que las mujeres a experimentar sus fantasías sexuales en la vida real, si se dieran las circunstancias idóneas.

Según el estudio de Masters y Johnson las siguientes fantasías sexuales son mencionadas con frecuencia por ambos géneros, aunque algunas de estas fantasías pudieran parecer extrañas:

  • Tener relaciones sexuales con una persona distinta a la pareja formal.
  • Observar la actividad sexual de otras personas.
  • Relaciones homosexuales (si la persona es heterosexual) y relaciones heterosexuales (si la persona es homosexual).

Adicionalmente, los sexólogos incluyeron una lista de las fantasías sexuales más comunes en mujeres y hombres:

1. Fantasear con la persona amada

Una gran proporción de personas imagina escenas eróticas con la persona amada durante sus momentos de masturbación, en especial si ella se encuentra ausente o lejos. Según los estudios de Kinsey, las fantasías sexuales con la pareja actual es una de las más frecuentes en mujeres y hombres. Si la pareja está presente, sería importante preguntarse hasta qué punto la fantasía refleja un deseo insatisfecho que no nos atrevemos a expresar y mucho menos a pedir.

2. Encuentros idílicos con tu pareja… o alguien distinto

Se pueden recrear en la mente encuentros románticos cargados de erotismo con la persona amada, alguien que nos gusta, una celebridad preferida o personajes imaginarios.

 

Este tipo de fantasía suele ser muy elaborada ya que es una especie de guión de cine donde somos protagonistas y manejamos a nuestro antojo la secuencia de los hechos, hasta experimentar con la imaginación una relación amorosa y sexual en un entorno romántico y paradisíaco.

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3. Cambiar de pareja

Fantasear que tenemos contacto sexual con una persona distinta a nuestra pareja es muy frecuente, posiblemente como una manera de dar energía y variedad a la vida sexual, o bien como una manera de escapar de la rutina de una relación monógama carente de erotismo.

4. Sexo con más de una persona

Esta fantasía puede aparecer cuando estamos en plena actividad sexual con nuestra pareja, y entonces una tercera persona o más aparecen en nuestra imaginación. También podemos tener este tipo de fantasía durante la masturbación, al imaginar que estamos teniendo sexo con dos o más personas, e inclusive participando en actividades sexuales en grupo. Cada una de estas personas adicionales imaginadas es capaz de darnos inmensas cuotas de placer, cada quien a su modo, lo que hace de esta fantasía algo muy excitante.

5. Observar a otros teniendo sexo

El sexo ha sido un tema prohibido durante siglos, al igual que observar a otras personas durante sus contactos íntimos. Esta fantasía hace posible irrumpir en la privacidad de otros e inclusive integrarse como un tercero a la actividad sexual de la pareja observada.

6. Forzar a otro a tener relaciones sexuales

Se puede fantasear con seducir a otra persona con la más absoluta intención de que tenga sexo con nosotros. Por otro lado, se puede recrear con la mente una fantasía más agresiva, donde obligamos al otro a tener sexo con nosotros, mediante la coacción o la fuerza física. Este tipo de fantasía entra en el terreno de las conductas prohibidas.

7. Prácticas prohibidas o nunca antes experimentadas

A través de la fantasía nos damos permiso para poner en práctica conductas prohibidas, ya sea para los códigos de la sociedad o para nosotros mismos, ya que no son congruentes con nuestras propias creencias y valores. Entre estas fantasías sobre conductas transgresoras se encuentran imaginar que tenemos relaciones sexuales en sitios públicos, participar en actos de prostitución, sexo con animales, ser violado o violar a otra persona, y el sadomasoquismo (ser sometidos y humillados, hacer uso del dolor y la agresión física durante el sexo).

Fuentes: Masters, W.H., Johnson V.E. y Kolodny, R.C. (1987). La sexualidad humana. Tomo 2.

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